Arqueológico del Alto Guadiato

ARQUEOLÓGICO DEL ALTO GUADIATO

En la parte noroccidental de la provincia de Córdoba, en los confines de Andalucía nos encontramos una comarca desconocida, el Alto Guadiato, que encierra múltiples valores, entre los que debemos destacar su pasado arqueológico, merecedor de ser apreciado primero por sus propios habitantes y luego por los estudiosos y personas que se acerquen a conocernos mejor. Hoy le hacemos una invitación para visitar con nosotros algunos de estos yacimientos,  y que nos hablan de gentes que nos precedieron en la zona.

Es evidente que no podemos relacionarlos todos en este pequeño folleto por lo que debemos contentarnos con seleccionar unos cuantos que nos sirvan de guía y nos den una idea de la riqueza arqueológica de esta comarca.
Nuestro punto de partida será la capital comarcal, la ciudad de Peñarroya-Pueblonuevo, central vital del Alto Guadiato y donde nos encontramos en sus proximidades con dos yacimientos singulares: el primero está situado en la zona suroeste del Peñón de Peñarroya, emblema de la población, a 1 Km de distancia con suave ascenso hacia el mismo. Se trata de los restos de un antiguo poblado calcolítico, aterrazado y desde el que se tiene una magnífica panorámica sobre una zona abundante en poblados prehistóricos situados en los diversos cerros testigos que relacionaremos, y además explotaciones mineras, algunas desde hace más de 2000 años de antigüedad. En este yacimiento se han encontrado diversos útiles en cuarzo y silex tales como puntas de flecha, hachas, azuelas, molinos de piedra.... que junto a restos de cerámica nos ayudan a comprender cómo vivían estos antepasados nuestros, dedicados especialmente a la caza y a la agricultura.

A pocas decenas de metros del anterior se encuentra en la cara nordeste del Peñón el Abrigo Carmelo o de la Virgen. Este muestra en sus paredes tres grupos de figuras rupestres esquemáticas, hoy día restauradas y protegidas gracias al Ayuntamiento de Peñarroya-Pueblonuevo y a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, utilizando diferentes gamas de color rojo, y que nos representan diversas escenas relacionadas fundamentalmente con la vida cotidiana del hombre neolítico. Seguimos nuestro itinerario para dirigirnos a continuación por la carretera nacional 432 hacia Fuente Obejuna.
En su término nos encontramos con una importante riqueza arqueológica de la que reseñamos dos yacimientos: a mitad de camino entre Peñarroya y Fuente Obejuna tenemos el embalse de San Pedro y el Cerro Masatrigo a cuyo alrededor sitúan gran parte de especialistas la antigua población de Mellaria. Hoy día los restos existentes son escasos pero significativos como los del acueducto, qe surtía de agua a la antigua población o la abundante cerámica y que de alguna forma nos hablan de la importancia que tuvo en la época del Imperio Romano.

Continuamos por la misma carretera 3 Km. más, tomamos un camino rural a la derecha y este nos llevará hasta una loma donde contemplaremos en un interesante yacimiento los restos del campamento minero romano de La Loba y sus almacenes, del siglo I A.C. Estos han sido estudiados en diversas campañas de excavaciones desde los años 80 por equipos de historiadores españoles y extranjeros, y nos indican la proverbial riqueza minera de esta comarca. Ello se aprecia en la mina de plomo argentífero con tres galerías que hay al lado del poblado, cuyos primeros trabajos de laboreo se habrían iniciado ya en el segundo milenio A.C. Aquí se han encontrado por una parte todo tipo de herramientas y utensilios relacionados con la explotación de época romana tales como mazos, cuñas, lucernas.. y por otra ánforas y diversos recipientes de barro y cerámica para el mantenimiento de esclavos que trabajan en ella, sometidos a las duras condiciones de vida y trabajo que Roma les reservaba.

Tomamos la carretera de regreso a Peñarroya, continuando hacia Belmez para seguir con nuestro recorrido comarcal. Allí también hallamos ricos yacimientos arqueológicos, pero debemos escoger dos y he aquí los que hemos seleccionado: en primer lugar nos dirigimos por carreterera hacia la aldea de Doña Rama y a dos Kilómetros sale una pista a la izquierda que nos lleva al arroyo Fresnedoso, lo cruzamos y ante nosotros se encuentra el dolmen de Casas Don Pedro, uno de los muchos monumentos megalíticos que tenemos en la comarca del Alto Guadiato. Quienes lo vimos recién excavado en el año 1986 no podemos por menos de lamentarnos de que no se haya restaurado, pero sus ortostatos, enhiestos todavía como se aprecia en la fotografía, nos hablan de su grandiosidad. Se trata de un dolmen con estructura poligonal, situado cronológicamente en la edad del Cobre, hacia el 2.300 A. C. y que sirvió como enterramiento familiar para alguno de los jefes de tribus de la zona. Se han encontrado allí restos ornamentales, huesos, armas y ofrendas.

Regresamos a Belmez donde haremos una parada para visitar el museo histórico y del territorio minero en el que apreciaremos diversidad de materiales arqueológicos procedentes de la zona. A continuación tomamos nuevamente la carretera N-432 en dirección a Espiel, y a unos 2 Km. a la derecha ascendiendo con ciertas dificultades nos encontramos el complejo yacimiento de Sierra Palacios. Cumple todas las características de los asentamientos neolíticos y calcolíticos con su poblado en la zona amesetada de la Sierra y el río Guadiato al fondo. Las excavaciones que se han llevado a cabo han sacado a la luz todo tipo de puntas de flecha, idolítos, cerámica...indicando todavía una mayor importancia de la caza sobre la agricultura en la vida de sus poblaciones.

Continuamos por la N-432 hasta Espiel para visitar allí dos interesante ejemplos de su arqueología, de los muchos existentes en su término. Por una parte a poco más de 1 km. de la localidad está el Cerro del Castillo que posiblemente fue el asentamiento primitivo de Espiel, situado en una zona estratégica para controlar las comunicaciones en nuestra comarca del Alto Guadiato. La abundancia de restos calcolíticos encontrados allí tales como hachas, cuchillos, ídolos así como la existencia de restos de poblados superpuestos hasta la época musulmana, incluso de un castillo hispano-musulmán nos expresan la importancia que tuvo este asentamiento primitivo. A continuación descenderemos hacia el río y observamos los pilares de un puente semisumergidos por el agua del embalse de Puente Nuevo. Son los restos del llamado puente romano de estructura ciclópea sobre el Guadiato, reformados en diversas ocasiones y que hasta el año 1995 pudimos admirar.

Cumplió probablemente su cometido primero en la vía romana de Corduba a Emérita Augusta pasando por Mellaria y luego en medievales y modernos tiempos. No hemos podido resistirnos a la tentación de reflejarlo tal y como se encontraba antes de la riada que se lo llevó, para que nos concienciemos todos de la importancia que tiene la salvaguardia de nuestro patrimonio arqueológico. Ya sólo nos queda para terminar este itinerario volver a nuestro punto de partida, Peñarroya, para admirar su magnífico Museo Geológico y Minero con su inmediata ampliación paleontológica y arqueológica, y donde nos recrearemos con los múltiples minerales, rocas, fósiles y todo tipo de restos primitivos expuestos con marcado carácter didáctico. Y que hacen de él, uno de los 

mejores de su categoría en todo el territorio nacional.